Palabra clave día 2: pelaje

Ilustración de Isabela Rotundo @_unfacedart

El abrigo

Desde la ventana descubrió al animal que, bajo la luz de una imponente luna llena, permanecía majestuoso sobre la colina. Tenía un brillante y negro pelaje, tan inusualmente bello, que despertó en ella un potente deseo de tenerlo para sí. Los cazadores se negaron a recibir su dinero, ignoraron sus encantos y sortearon sus hábiles maniobras. Todos conocían la maldición, que trataron, sin éxito, de contarle.

 

Un día, el animal hizo contacto visual con ella y esa mirada, de profundo color ámbar, la debilitó tanto que se desvaneció. La despertó el sonido de un golpe seco que venía de afuera y confundida, se apresuró a abrir la puerta. No había nadie y en el camino empedrado estaba el cuerpo inerte del animal. Íntegro e impecable, listo para el desollamiento.

 

El abrigo había quedado perfecto, su cuerpo se rendía dentro de él y pasaba horas acariciándole su pelaje con delectación, sin embargo, después de varias noches de vigilia, había decidido quitárselo y descubrió con horror que era su propia piel. Enloquecida, salió corriendo hacia la colina pero, antes de alcanzarla, vio a una mujer que la observaba desde la ventana de una cabaña. Sus ojos se encontraron y vio que la mujer se desvanecía, así es que, instintivamente se dirigió hacia ella para socorrerla pero su marcha fue detenida por un golpe seco que le partió el corazón y allí quedó, tendida en medio del camino empedrado.




Ana María Rotundo

02 de octubre de 2023.


 

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