Para Nass

Querida Nass, me has pedido que cuente alguna de las experiencias que he vivido en este momento inédito que nos ha tocado vivir durante el confinamiento; pues bien, desde el inicio ha sido todo un acontecimiento en mi vida porque animada en disfrutar un año sabático con motivo de mi sesenta cumpleaños, decidí tomar un crucero que partía el 17 de marzo 2020, desde Auckland en Nueva Zelanda y a los pocos días de llegar y sin terminar de acostumbrarme al cambio de horas, bastante extremo por cierto, cerraron las fronteras y el crucero fue cancelado. Me extendieron automáticamente la visa de turista y desde entonces estoy acá esperando los cambios necesarios para retornar a Madrid.

A pesar de que en general soy una persona calmada, es inevitable que ante la incertidumbre y las historias tristes que he leído en las redes y la prensa, mi estado de ánimo se haya tornado nostálgico en algún momento. Y justo uno de esos días, le hice un vídeo a mi hija. Era un monólogo repetitivo e interminable lleno de lágrimas y suspiros, que, visto nuevamente al retornar el sosiego, adquirió un matiz bastante cómico, única razón por la cual decidí no borrarlo.

He caminado a diario con la única ropa veraniega de la que dispongo que era adecuada a la ruta del crucero mas no a la entrada progresiva del otoño...así es que he ido aumentando las prendas de vestir en la medida que baja la temperatura por lo que pronto pareceré un muñeco inflable.

Durante mis paseos observé que en las ventanas de las casas habían muñecos de peluche, básicamente ositos y busqué en Internet el significado de tal fenómeno. Descubrí que en algunos países, incluído este, muchas personas estaban participando en la llamada "caza masiva de osos de peluche", actividad que consiste en colocar peluches en lugares visibles desde la calle para que, los niños que pasen, los busquen y se distraigan durante esta etapa en la que han estado confinados sin realizar sus actividades regulares.

Sin duda fue una buena idea porque mi niña interior antes de conocer tal objetivo ya había disfrutado por varios días el ir contando, fotografiando y clasificando todos los peluches que veía en ventanas, balcones, porches y puertas...conste que también encontró un duende que hacía una seña con el dedo de la que, por delicadeza, me abstengo de dar detalles, aunque sin duda dejaba claro el malestar de su dueño. 

Nueva Zelanda, mayo 2020

 

Comentarios

Victor Soledad

05.07.2020 21:14

Y todo este tiempo has estado sola? o estas en casa de algun amigo o familar? Te he escrito pero me has contado muy poco... descubrirte de nuevo sería interesante.. Un beso mi querida Ana María...

Comentarios recientes

05.11 | 18:28

Buenas tardes, encantado de saludarte. Soy Jose
Quería escribirte porque me ha parecido interesante comentar contigo la posibilidad de que tu negocio aparezca cada mes en periódicos digitales como not

20.10 | 16:28

Un besote amiga!

20.10 | 08:04

Cómo describes a “tu Mimina” me transporta a esa pared para recordar a la mía, a quien adore, con la única diferencia que yo no pude separarme del muro.
Bello y emotivo relato.

06.10 | 21:22

Mi querida Venusita, muchas gracias por leerlo y escribirme. Muchos cariños 😘

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